Operación normal

Según se ha descrito previamente, en el funcionamiento normal subsiguiente siempre se expulsa del proceso una determinada cantidad de aditivo con partículas de aceite y grasas adheridas por medio de la aspiración de polvo y el clasificador.
Para mantener un proceso estable, esta cantidad se debe reponer en igual proporción, y lo mejor es hacerlo lo más continuamente posible.
Se requiere aproximadamente 0,5 a 1 litro de aditivo por rueda centrifugadora y hora de granallado, y en el caso de sistemas de chorro libre, alrededor de 0,5 - 1 litro por tubo de granallado y hora de granallado.

En caso de una adición manual, se debe poner atención a una buena posibilidad de mezclado del aditivo con el abrasivo, por ejemplo, mediante la introducción en un tornillo sin fin de retorno para el material abrasivo.
Por razones de seguridad y fiabilidad del proceso, se debe dar preferencia a una adición automática con un aparato dosificador.

Un control del proceso realizado con regularidad, por ejemplo mediante la repetición de la prueba de perlado de agua, apoya de manera sencilla el aseguramiento de la calidad. Dependiendo de los requisitos de las superficies granalladas, por medio del tiempo de penetración, el comportamiento de infiltración del agua, en cualquier momento se puede hacer una evaluación del proceso de granallado y de manera correspondiente de los resultados del granallado: por ejemplo, corto tiempo de infiltración, máx. 60 seg, en el ámbito de la preparación de superficies para revestimientos anticorrosivos.

Los valores tales como las cantidades de admisión, tiempos de penetración y humectación del agua sobre el material granallado deben ser determinados una vez de forma individual y empírica. Ellos dependen de la aportación esperada de aceite y grasa por el material de granallado contaminado y los resultados de granallado deseados. De esto resulta un así llamado. De funcionamiento para esta parte del proceso, el cual queda entonces definido y es repetible.